Aprendiendo a vivir un buen morir

TANATOLOGÍA

Danitze Velasco

3/11/20215 min read

La crisis de salud que atravesamos desde 2020 ha puesto en primer plano la naturaleza de la muerte. A pesar de que es un fenómeno universal, casi siempre nos toma desprevenidos, además de dejarnos con una sensación de vacío, de sorpresa, pérdida y tristeza. Para muchos, en este tiempo que ha durado la pandemia hemos visto partir a conocidos, familiares, personas queridas, amigos y compañeros. A diario, los medios se han encargado de informarnos acerca de la cantidad de muertos relacionados con el virus, y ese número nos deja absortos, pensativos o preocupados. Pero, sobre todo, nos enfrenta a una verdad ineludible: nosotros también moriremos algún día.

Probablemente te has preguntado sobre una o varias de estas cuestiones, quizá aún no las tengas definidas o crees que no es algo de lo que haya que preocuparse; también puede que creas que ya habrá tiempo para pensar en eso, hasta que te pase algo o a alguien cercano, o cuando llegues a viejito.

Otra posibilidad es aprender a convivir con la idea de la muerte y que no sea un acontecimiento que te atemorice y angustie, incluso como algo para lo que podrías prepararte. Puedes informarte y dedicar tiempo a reflexionar sobre temas como la ley de voluntad anticipada, cómo hacer un testamento, cómo acompañar a alguien que está pronto a morir e ir despejando las dudas que te surjan, hacer un trabajo de reflexión y desapego que te permita estar en armonía con esa realidad.

Si deseas ahondar en el estudio del acompañamiento y el buen morir, lo cual puede generar un cambio muy profundo en tu vida y en la de las personas que te rodean, te comparto los datos de la fundación Vivir un Buen Morir, la cual ha dejado a su paso muchas bendiciones para mí y mi familia: https://vivirunbuenmorir.es

Creo que una buena manera de entenderse con la muerte es vivir cada instante como lo que es: algo único e irrepetible. Si vives con presencia, si comienzas a valorarte y a apreciar las pequeñas cosas que conforman tu vida, tu día a día se llenará de significado.

Algunas pequeñas acciones que pueden contribuir a mejorar tu día a día pueden incluir:

Cerrar ciclos: si tienes pendiente decir o hacer algo en tu vida, hoy es un buen día para llevarlo a cabo. Hoy no es tarde, hoy estas a tiempo.

Expresa tu amor: todas las formas son válidas, así que entra en contacto con tu corazón. Si algo nos ha enseñado esta pandemia, es que cada momento que vivimos es un regalo, uno que no vale la pena desperdiciar.

Expresa y reconoce tu dolor y tus miedos: es importante hacerte caso, reconocer lo que te duele, sentirlo y darle voz, sanarlo para luego dejarlo ir.

Ríe: ríe mucho y disfruta de todas las cosas que te hacen sonreír y que te dan felicidad.

Toma el sol: por lo menos un rato cada mañana. Es la mejor ayuda que puedes ofrecer a tu sistema inmunológico.

Sé agradecido: prueba llevar un diario en el que escribas todas las cosas por las que te sientes agradecido, incluidas las más sencillas. Con el tiempo descubrirás que son más de las que creías.

Medita: la meditación es un entrenamiento para conocer y calmar tu mente, ésta puede ser tu mayor aliada o tu peor enemiga al momento de morir. Hay muchas formas de meditar, date la oportunidad de cambiar tu vida.

En estos meses, la falta de cercanía con otras personas y con nuestras rutinas quizá nos han servido para preguntarnos ¿qué hemos estado haciendo con nuestro tiempo de vida? ¿qué nos hace realmente felices o cómo queremos vivir? Y es probable que esto nos haya llevado a tomar decisiones, valorar cosas distintas o apreciar aquello que dábamos por sentado.

Hoy es una buena oportunidad para agradecer al universo el tiempo que pasamos con cada una de las personas que formaron parte de nuestra vida. Como se menciona en la novela Momo, de Michael Ende: «Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella… Esta cosa es el tiempo. Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco… porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón».

También se menciona en El tesoro del Zen, Los textos fundamentales del maestro Dogén:

      Si tuviera que morir aquí y ahora, ¿cuál sería el estado de mi mente? Si tuviera que morir dentro de una semana o un mes, ¿seguiría perdiendo el tiempo con las pequeñeces del egoísmo? Debemos siempre tener presente que la muerte puede sorprendernos en este mismo instante, así podremos sentir la fugacidad del tiempo y no viviremos vanamente. Así, cada instante se convertirá en un momento pleno al realizar lo que es importante de ese momento, sin dejar nada para mañana. El aquí y el ahora deben ser completos y acabados. De esta manera no lamentaremos el paso del tiempo» (maestro Deshimaru).

El tiempo pasa, los años pasan y la vida se acaba. Hemos de seguir la vía del mujo, la impermanencia, el eterno cambio de todas las cosas.

Para algunas personas es una realidad dura de asimilar y muchas veces evitamos reflexionar acerca de ella:

¿Cuento con herramientas para afrontar mi propia muerte o la de un ser querido?

¿Mis seres queridos saben cómo reaccionar ante una eventualidad, he hablado de este tema con mi círculo más cercano?

¿Cómo me hace sentir el hablar y pensar en este tema?

¿Somos sólo un cuerpo que muere o hay algo que permanece? Y si hay algo más, ¿de dónde vino, cuál es su principio y su fin?

Nuestra vida

¿con qué puede compararse?

Con la gota de rocío

que el pájaro acuático sacude de su pico,

en la que se refleja la luna

Dedico este texto a mi padre, seres queridos que trascendieron y a los que he podido acompañar en su paso por la muerte. Un agradecimiento profundo a la generosidad de la Fundación Vivir un Buen Morir que compartió conmigo sus conocimientos, corazón y experiencias durante mi formación en Tanatología. Vivir un Buen Morir y el Arte de Acompañar.

Danitze Velasco